viernes, 12 de octubre de 2007

La sexualidad del adolescente

La Sexualidad en el Adolescente, el Adulto y el Adulto-Mayor
SEXUALIDAD EN EL ADOLESCENTESegún McDermott et al. (1983), la adolescencia es sólo un estado en el ciclo de vida humano, pero que debe ser visto como una transición entre la infancia y la vida adulta. El concepto convencional del período de la adolescencia está caracterizado por descripciones tales como periodo caótico, desconcertante, abrumador, agresivo, impredecible y casi imposible de comprender y conocerlo (Tirado, 1985). El evento más importante en la adolescencia es el desarrollo psicosexual y las consecuencias del mismo parecen ser lo que produce el caos en la comprensión del adolescente. Presenta cambios corporales dramáticos y de rápida evolución a los cuales tiene que adaptarse, además de mantener en equilibrio sus necesidades internas. Tales signos de crecimiento no deben ignorarse ya que en cierto sentido se advierten en símbolos de feminidad o virilidad (Tirado, 1985). Según Calderone (1983), se considera conveniente mantener al adolescente bien informado sobre el cuerpo, la mente y la sexualidad humana; así como también, la adaptación de su sexualidad y la relación de ésta con la intimidad. Todo lo dicho hará posible la prevención de los problemas sexuales.Smith y Udry (1985) realizaron un estudio en adolescentes varones y hembras entre 12y 15 años, blancos y negros, estudiantes de secundaria en una ciudad del sur de Estados Unidos, previa autorización de los padres, con la intención de determinar conductas sexuales fisiológicas coitales y no coitales, en relación con el inicio de su vida sexual. El propósito fundamental de dicha investigación fue entender la secuencia de la conducta sexual en los adolescentes y determinar si la actividad no coital puede predecir el contacto sexual en las jóvenes vírgenes.Smith y Udry (1985) refieren que la literatura por ellos revisada, sobre la conducta sexual de jóvenes blancos, sugiere que la secuencia de la conducta heterosexual es progresiva desde caricias hasta llegar al intercambio sexual. En cambio, la información sobre jóvenes de color es escasa pero indica que la secuencia no es rígida y que es poco usual la utilización de caricias si no se llega al intercambio sexual, por lo que se ha observado, sobre todo en losvarones, que llegar a la relación sexual es un objetivo mayor que cualquier otro, sin tomar en cuenta la aceptación de la compañera, lo cual va acompañado de la falta de virginidad en las jóvenes. Smith y Udry (1985) llegan a la conclusión que en los adolescentes blancos y negros existe una diferencia en cuanto a la normativa, es decir, en los blancos la expectativa sobre las conductas precoitales es mayor que en los negros y constituye un período preparatorio antes de su primer encuentro sexual, el cual puede alternarse con períodos de abstinencia. Este período es conveniente para prepararse en el uso de los anticonceptivos; sin embargo, los adolescentes de color, en general, no se ajustan a este proceso y tienen menos oportunidad de desarrollo. En los adolescentes negros parece que la expectativa termina en un coito precipitado, lo que indica, según los autores, que estas conductas tienen una influenciaétnica y social importante en los jóvenes estudiados.
http://sexoysalud.blogspot.com/2007/03/la-sexualidad-en-el-adolescente-el.html

Sida y prevención
Elementos para la reflexión acerca del arbodaje de la temática del VIH/SIDA y de la salud sexual y reproductiva con jóvenes: Transmisión de contenidos para el desarrollo de experiencias socio- educativas.

Actualmente la problemática del VIH/SIDA adquiere diversas connotaciones, más aún en los más jóvenes. En torno a esta enfermedad existen un sinfín de mitos, de estereotipos y prejuicios que hace que muchas veces la información que se transmite sobre el tema esté cargada de valoraciones negativas. Actualmente y ésto motivado desde los medios masivos de comunicación, se van modificando patrones de comportamiento frente a la sociedad, la familia, la sexualidad. Las imágenes publicitarias, programas televisivos, van transmitiendo mensajes que en muchas ocasiones no promueven un ejercicio respetuoso y responsable de la sexualidad. A su vez es común observar que en términos generales las personas proyecten sus temores en actitudes “discriminatorias” de diferentes intensidades que manifiestan no solo con las personas infectadas con VIH sino con aquellas que en determinado aspecto les resultan “diferentes”. En la temática del VIH/SIDA es necesario reforzar determinados aspectos desde las más tempranas etapas de formación. El intercambio de fluidos, cualesquiera que sean, y el contacto del pene con vagina, ano y boca transmiten el virus. Muy pocas personas tienen claridad acerca de este hecho, hay confusión e inseguridad, pero básicamente y de manera simple se resume en ello, en esta forma de contacto sin protección. Tenemos que partir básicamente desde dónde se encuentra el virus, hasta las formas claras de transmisión, sin olvidarnos de que somos "todos personas potencialmente susceptibles de portar el virus o de contraer la enfemedad de SIDA", es decir, no somos "la enfermedad", somos más allá de todo, seres humanos que nos enfermamos. Es fundamental el tratamiento social de esta enfermedad, además del tratamiento médico, ya que estamos hablando de una "enfermedad social". Hace falta dedicación y tiempo de trabajo con los adolescentes; utilización de material de trabajo que tenga un alto impacto de sensibilización que nos lleve a pensar y reflexionar comportamientos y a su vez que provoque realmente la asimilación de la información en transformación de actitudes. Es necesario para prevenir en la temática del VIH/SIDA vincularlo con el ejercicio de la SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA”. Esto lo pensamos desde acá porque la escasa información “adecuada”, los mitos y tabúes en torno a la Sexualidad hacen que no se tomen las medidas de protección correspondientes y que no se piense en términos de derechos. La Sexualidad “es una forma de comunicarse, de relacionarse y de expresarse sexualmente como seres sexuados; que varía según la cultura y el momento histórico- social del individuo. No solo es lo biológico, en ella entran los valores, los afectos, las emociones, pensamientos y el uso de los genitales.” Y lo fundamental en esto es hacer hincapié en que toda propuesta preventiva y de formación debe superar el concepto de Genitalidad, que limita a la Sexualidad solo a lo biológico, a la relación sexual ya que por el contrario cuando hablamos de Sexualidad tiene que ver no solo con un proceso biológico, sino que también es un proceso emocional, una expresión de nuestro cuerpo que va dese una caricia, mirada, gesto, palabra y que está influenciada por la cultura, las creencias. De esta forma la maduración biológica de la genitalidad en los adolescentes no implica que estén preparados para el ejercicio de su sexualidad, sino que tiene que ver con la maduración en otros aspectos de la vida (psicológico y social). Por esto, “asumir el acto sexual con responsabilidad no es solo cosa de adultos”. Los jóvenes, más aún aquellos que se iniciaron sexualmente, deben conocer la necesidad de tomar conciencia sobre el respeto mutuo, sobre la capacidad de poder decidir un embarazo, sobre la necesidad de prevenir gran cantidad de enfermedades sexuales, entre las cuales se encuentra el VIH/SIDA. Esto significa entonces que en la adolescencia la sexualidad se constituye en uno de los ejes que conforman la identidad. Está influenciada no solo por los cambios corporales sino también por los mandatos sociales y culturales que van a incidir en la construcción de la identidad de varones y mujeres, según género y edad. Los derechos en materia de sexualidad son varios y las legislaciones realizan hincapié en promover la salud sexual y reproductiva de los jóvenes: derecho a información, orientación y prestaciones de servicio en relación a la salud sexual y procreación responsable, al acceso gratuito de métodos anticonceptivos, el derecho a la planificación familiar; entre otros. En relación a la temática de sexualidad hay un principio clave que es la libertad de elección; asistimos a una época nueva donde muchos tabúes han salido a la luz, donde se comenzaron a aceptar las diversidades sexuales, donde la ciencia ha realizado avances muy importantes en materia de medicina; por esto es necesario luchar juntos hacia una misma dirección, más que nada lo que tiene que ver con esta materia, de forma tal de poder aclarar el contexto de incertidumbre de los jóvenes, un contexto de sobrecarga de información y lo que es más grave, de mala información. Los adultos hablan acerca de su sexualidad, siendo que en escasas oportunidades han creado espacios para un decir adolescente, libre y espontáneo que requiere ser oído, ser orientado, que requiere respuestas claras. Desde lo anterior planteamos la necesidad de construir espacios participativos, espacios de contención que permitan al adolescente en primer lugar conocerse, para poder respetarse uno mismo y en la relación que establece con los otros. “Cuidarse es quererse” y esto es real pero requiere que se concrete en espacios socio- educativos de intercambio y de construcción junto a los adolescentes. Y lo ideal es el trabajo entre pares y que ésto se lleve a cabo con la participación de promotoras/es jóvenes que orienten y construyan el aprendizaje junto a otros jóvenes. Por esto es importante que los adolescentes encuentren en la escuela, en la familia y en sus pares, lugares de contención y apoyo para poder crear espacios de aprendizaje y poder obtener los medios necesarios para asumir el acto sexual con responsabilidad y conciencia, tomando las precauciones adecuadas. Por esto, como profesionales jóvenes y desde hace dos años formando parte del Área de Juventud de la Secretaría de Estado de Promoción Comunitaria de la Provincia de Santa Fe venimos llevando a cabo talleres preventivos y de sensibilización en la temática de Sexualidad en diferentes ámbitos, no solo en escuelas sino también en espacios sociales como diversas organizaciones de la comunidad. A su vez es necesario trabajar desde la interdisciplina, en nuestro caso y desde nuestra formación profesional cada una realiza su aporte específico, brindándole diferentes enfoques al abordaje de la temática. Lo anterior se constituye en la base desde la cual partimos para desarrollar estos talleres con jóvenes, que complementan los esfuerzos que realiza el Ministerio de Salud y de Educación por trabajar en la temática. A su vez articulamos el trabajo con organismos que ya vienen realizando una ardua tarea en capacitación y prevención, como lo es CIPRESS (Centro Interdisciplinario de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida) del cual hemos adquirido información y formación como agentes promotores de la salud sexual y reproductiva. Todas estas actividades preventivas y de sensibilización pensamos continuarlas en el transcurso de este año2007.
http://osea.ellitoral.com/index.php/ver/consejos/index.php/ids/2/idn/1686

La sexualidad adolescente
La adolescencia es una etapa crítica de la vida caracterizada por profundas transiciones en la conducta emocional, intelectual, sexual y social de los seres humanos. Su tarea principal es la consolidación de la propia identidad; esto es, el descubrir "quién soy yo". En esta etapa la amistad llega a ser de vital importancia ya que el adolescente busca el aliento de afines, con quienes pueda compartir las experiencias vividas en el proceso de búsqueda de identidad. Los amigos se dan entre sí el apoyo emocional que los adolescentes necesitan.Los padres temen porque ignoran las reacciones del hijo en ese período y cómo acercarse a él, y el propio adolescente porque teme el descontrol. El equilibrio se ha roto, los padres dejaron de protegerle y tiene que afrontarse con diferentes retos en la vida que le conducirán al mundo adulto.El bebé, que no ha configurado todavía la respuesta sexual, experimenta la sexualidad simplemente al azar de sus descubrimientos sensoriales, y de forma incompleta. Durante el período infantil, en el que hay un perfeccionamiento de las distintas habilidades mentales y motoras, también se adquiere una mayor integración del cuerpo propio, dándose ya, el comienzo del esquema sensorial susceptible de configurarse como excitación sexual: el tipo de caricia táctil, estímulos olfativos y visuales, sensibilidad genital. Algunos niños tienen inhibida la exploración sexual porque desde muy pequeños han aprendido a descartar ese tipo desensaciones. El joven está lleno de curiosidad, es impresionable, quiere saber, naturalmente, qué cosa es ésta gran experiencia, cómo se conducirá él o hasta dónde llegará su capacidad. La curiosidad intelectual es un componente esencial de la sexualidad juvenil. Los miedos tienen varias formas de expresión: lenguaje corporal, lenguaje psíquico y lenguaje social. Estos lenguajes sirven para expresar las enfermedades producidas por esos miedos, que son:Los trastornos de la alimentación relacionados con la imagen corporal,Las enfermedades de transmisión sexual relacionadas con la sexualidad, entre otras.Hace ya mucho tiempo que nuestra sociedad occidental se preocupa por definir la sexualidad de una sola manera. En virtud de la aparición de grandes epidemias como la sífilis durante el siglo pasado y el sida en nuestro siglo, la actividad sexual se ha considerado una actividad riesgosa para la salud. Esta concepción tiene como consecuencia la necesidad de hacer de lo sexual un asunto susceptible de políticas y estrategias que supuestamente protejan a las personas de los riesgos asociados, como son el embarazo no deseado y la transmisión de enfermedades sexuales. Sobra decir, entonces, que la sexualidad se ha convertido en algo que requiere de administración y control, aún desde el punto de vista médico. Para esta concepción, que domina nuestra cultura hoy en día, la actividad sexual de los jóvenes representa una dificultad particular porque se considera que presenta ``riesgos'' específicos de la edad, diferentes de los que enfrentan los niños y los adultos. La conducta sexual de los jóvenes se considera precisamente su conducta más riesgosa, en virtud de que se piensa que el ``impulso'' sexual no se controla eficazmente por la precaria situación emocional del adolescente. ¿Podemos considerar que todos los jóvenes pasan por los mismos procesos personales, como si éstos fueran una evolución natural determinada solamente por la biología? Tal empresa resultaría sumamente dudosa y, sin embargo, eso es lo que nuestra cultura hace cotidianamente: construir un estereotipo universal de adolescente que se aplica a todos los jóvenes de cierta edad sin atender a sus condiciones concretas de existencia.Con respecto a la sexualidad, estas ideas dominantes consideran que los adolescentes son incapaces de hacerse responsables de su conducta sexual. En respuesta, la mayoría de las estrategias educativas se realizan bajo una concepción fundamentalmente negativa tanto de la sexualidad como de los jóvenes, además de que niegan sus circunstancias particulares y sus necesidades concretas. En todo caso, se piensa que es necesario controlar a los adolescentes ya que ellos no pueden controlarse a sí mismos, y esta tarea le es encomendada principalmente a los padres. De hecho, la ``buena'' conducta sexual de los hijos es un elemento para la evaluación de la buena educación recibida en el seno familiar. Si en ello va la reputación parental, es obvio que la sexualidad de los jóvenes es una preocupación de los adultos.
Las fuentes de la desinformación Algunos de los jóvenes, entre 13 y 17 años, entrevistados no consideran a los padres informantes confiables sobre la sexualidad, debido fundamentalmente a dos circunstancias: el nivel educativo de los padres y sus reacciones negativas ante cualquier pregunta sobre el tema. Los siguientes comentarios ilustran la primera circunstancia: ``Uno les pregunta y se ponen colorados, no saben qué decir.'' No es infrecuente la decisión de guardar silencio frente a los progenitores pues, a decir de estos jóvenes entrevistados, plantear preguntas e inquietudes sobre el tema genera en ellos una reacción adversa basada en la preocupación, el temor y la necesidad de control de la sexualidad del hijo. En la experiencia de estos jóvenes, tanto la familia como la comunidad consideran que su sexualidad les es ajena por su edad. Ellos expresan que el discurso de los adultos los califica de ``chiquitos'' e incapaces de tener deseos sexuales, menos aún de ejercer una sexualidad responsable. De esta manera, sus dudas y preguntas son descalificadas de inmediato por ser ``inapropiadas'' para su edad. Pero la negación del deseo de los jóvenes no lo elimina de la realidad, solamente provoca que ellos cierren sus posibilidades de diálogo en la familia y lo trasladen hacia otros ámbitos, no siempre los más indicados, pero sí más receptivos a sus inquietudes sin mediar una reprimenda. Por todo lo anterior, es importante reconocer que la familia no siempre es el espacio idóneo de orientación sexual. Durante la adolescencia la actividad sexual, satisface una gran cantidad de necesidades importantes de las cuales la menos urgente es el placer físico. Más importante es la habilidad de la interacción sexual para mejorar la comunicación, para ejemplificar la búsqueda de nuevas experiencias, para proporcionar madurez, para estar a tono con los amigos y para lograr acabar con presiones sociales. De esta forma, con el objeto de verse libre de las presiones familiares, de los amigos y de la sociedad en general, el adolescente se compromete en actividades sexuales aún antes de estar preparado para ellas; esto es, incluso antes de que haya recibido una educación sexual adecuada y oportuna que le dé las armas suficientes para salvar las consecuencias graves del ejercicio de la sexualidad tales como la infección de ETS y el SIDA.Desde hace varios años se han llevado a la práctica diversas intervenciones educativas con el objeto de proteger de la amenaza del SIDA a los adolescentes, incrementando el conocimiento acerca de la enfermedad, sus consecuencias y formas de prevención. La mayoría de los estudiantes conocen todo lo relacionado con el SIDA y las estrategias de prevención; sin embargo, no se perciben como sujetos de riesgo ni realizan cambios en su comportamiento sexual para protegerse de una posible infección de VIH . Los datos obtenidos sobre actitudes y prácticas de riesgo sexual, muestran que el 69% de la población estudiada considera estar medianamente informada, en contraste con un 21% de estudiantes que reportaron tener un mejor conocimiento sobre el tema; no obstante estas encuestas muestran un nivel de información sobre sexualidad muy deficiente, el cual han obtenido a través de revistas, televisión, periódicos y libros. En relación con esto, se ha encontrado que a pesar de que los medios masivos de comunicación juegan un papel importante en la transmisión de ideas y actitudes sobre sexualidad, muchas veces presentan situaciones que corresponden a contextos culturales diferentes a los de la población receptora.El método anticonceptivo que utilizan con más frecuencia es el condón; el 35.5% de las mujeres y el 42.2% de los hombres que han tenido relaciones sexuales, reportan haber utilizado el condón en su primera relación sexual. Finalmente, la información recolectada muestra que la utilización del condón se enfoca principalmente a la prevención del VIH; sin embargo el 60% de la población considera que las ETS y el SIDA son enfermedades propias de homosexuales, prostitutas y adultos. En esta etapa conflictiva e inestable de la vida, las necesidades fisiológicas, psicológicas y socioculturales impulsan al adolescente a tomar conductas sexuales compulsivas: ya sean tener relaciones genitales sin cuidado ni protección alguna, elección equivocada de la pareja, promiscuidad y/o inicio precoz de la actividad sexual,etc.Las Enfermedades de Transmisión Sexual son otro importante factor de riesgo. La falta de utilización de métodos de prevención eficaces, que en muchos casos se viven como una barrera en sus relaciones afectivas, pueden desarrollar un clima oportuno par el contagio de las mismas. Las familias, asumen con ansiedad las vivencias de la sexualidad de sus hijos e hijas adolescentes y los sistemas educativo, sanitario y de servicios sociales no dan la cobertura necesaria para facilitar a la población juvenil y adolescente el disfrute de una sexualidad de forma saludable y satisfactoria. Por último los medios de comunicación social, en general, comercializan el sexo dando una imagen distorsionada del mismo, y sólo en escasas ocasiones se promueven programas divulgativos y formativos. Con todo lo expuesto podemos afirmar que nuestra sociedad no está abordando adecuadamente las vivencias de la sexualidad de la población joven, y por ello se hace necesario promover estrategias que permitan aceptar que la población adolescente y joven es sexualmente activa, mejorar su nivel de información sobre sexualidad, ofrecerles los medios educativos y asistenciales para que puedan vivirla sin riesgos, y por último fomentar actitudes positivas ante el hecho sexual humano en jóvenes, familias y profesionales.
http://www.monografias.com/trabajos10/adse/adse.shtml

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